CARTEL

 

 MEDALLA

 PIN y PARCHE

 CAMISETA

MOTOROCÍO, 94

 

 

¡ DESCUBRIR MotoRocío !

 

Doce años en el colegio Salesiano de Córdoba soportando a los curas, hace mella en la forma de pensar de un muchacho en lo referente a la Iglesia y todo lo que lleva consigo. Después de este tiempo, olvidé a la Iglesia y toda su paternalia, incluida misas, rosarios, ejercicios espirituales, confesiones de cosas absurdas con sacerdotes que lo que querían era enterarse de todo lo que pasaba. La conciencia era para mi la única religión que podía practicar durante mi vida. De pronto alguien me habló de un Memorial o algo así, dedicado a los moteros que habían dejado su vida en el asfalto, me dijeron que se celebraba en la aldea de El Rocío y que habría mucha marcha y lo pasaríamos muy bien.

Estos motivos fueron más que suficientes para convencerme de que debía ir a pasar ese fin de semana a la aldea almonteña. La llegada y la toma de contacto fue como la mayoría de las reuniones moteras que tenemos a lo largo del año. La tarde pasó entre cervezas y algunas palmas, acompañadas del sonido inconfundible del tambor.

Pero en todas estas situaciones hay alguien que rompe el encanto de las cosas con alguna parrafada, que muchas veces no viene a cuento. ¡¡¡ Vámonos a la Misa. La mayoría de la gente ya esta en la Iglesia !!! Mi primera intención fue despistarme para no tener que aguantar una vez más un espectáculo que no deseaba, pero razonando un poco y pensando que era en memoria de personas queridas, me dirigí a participar de la ceremonia. Cuando estaba ya dentro de la Iglesia empecé a respirar un aire desconocido para mi. La voces del Coro Rociero me estaban haciendo temblar y empecé a centrarme en algo que hacia mucho tiempo no hacia. Una Misa no era para mi lo mejor en aquellos momentos, pero fue calando poco a poco dentro de mi ser y me puse a pensar en muchas cosas que fueron pasando por mi mente, hasta que noté que estaba en otro mundo. Que estaba en el mundo de la verdad. En el mundo de un montón de personas que tenían sentimientos y que pedían a la Blanca Paloma por sus amigos perdidos. Continué en aquel trance maravilloso hasta que, alguien que estaba a mi lado me dijo que ahora debíamos salir a ofrecer una vela a la Virgen. Hicimos una procesión hasta la puerta y cuando llegué a ella, vi a cientos y cientos de personas que no habian podido entrar en la Iglesia y estaban allí esperando la Ofrenda. De pronto se rompió el silencio y todo el mundo empezó a hacer rugir los motores de sus máquinas y a hacer sonar sus bocinas lo más fuerte posible. Querían que sus amigos les oyeran desde el cielo. Querían demostrar su rabia por haberlos perdidos. En ese momento sentí algo caer en mis mejillas que hacia bastante tiempo que no sentía. Eran lágrimas de alegría porque había descubierto MotoRocío.

El Africano.

Motoclub de Ayamonte (Huelva)


"El Moto Rocío no se parece a ninguna otra concentración. La combinación de elementos que alli se dan proporcionan a esta reunión una entidad propia, en la que se mezclan religiosidad fiesta y recuerdo de los caídos en carretera, en un bello paraje de la provincia de Huelva mundialmente conocido como: El Rocío".

Revista Free Way (febrero,1995)